SESENTA AÑOS DE APERTURA DEL CONCILIO VATICANO II.


Imagen SESENTA AÑOS DE APERTURA DEL CONCILIO VATICANO II.

Foto: Hace sesenta años el primer acto del Concilio Vaticano II - (Foto: Vatican News )


Por: Izcalli / Diócesis de Izcalli

Fue un 11 de octubre de 1962 que se dio formal apertura al Concilio Vaticano II, en aras del Aggiornamento propuesto por la lectura que de los signos de los tiempos hizo el Papa san Juan XXIII.

El decenio de los años sesenta marcó nuevos paradigmas para la forma en que se concebía el contexto social, político y económico, como resultado de la nueva configuración mundial tras las dos Grandes Guerras.

El pasado 11 de octubre el Papa Francisco, al celebrar la memoria de san Juan XXIII destacó en su homilía que el Concilio Vaticano II fue para la Iglesia, la primera vez que “…dedicó un Concilio a interrogarse sobre sí misma, a reflexionar sobre su propia naturaleza y su propia misión…”.

Así, a sesenta años de inaugurado el Concilio Vaticano II es importante recordar las palabras del Papa san Juan XXIII que enfatiza su deseo de que tras el concilio la Iglesia crezca “…en espirituales riquezas y, al sacar de ellas fuerza para nuevas energías, mirará intrépida a lo futuro...”.

En este sentido, es oportuno hacer un balance y preguntarnos si estamos viviendo la Iglesia del futuro, a la que se refería el Santo Padre, incluso, si todos los planteamientos de cada uno de los documentos producto del Concilio vaticano II se han concretado tanto en nuestras diócesis, como en nuestras parroquias.

Basta recordar las palabras del Papa san Juan XXIII en las que se pronunciaba por promover la unidad de la familia cristiana y humana, enfatizando que mientas en el Concilio Vaticano II se reúnen “…las mejores energías de la Iglesia y se esfuerza por que los hombres acojan cada vez más favorablemente el anuncio de la salvación, prepara en cierto modo y consolida el camino hacia aquella unidad del género humano…”.

Es el caso que es importante preguntarnos si actualmente se ha logrado unificar plenamente a la familia cristiana y más aún, si desde la Iglesia se han logrado vínculos hacia las periferias y, en general, hacia toda la humanidad.

Así, en palabras del periodista italiano Andrea Tornielli la nave hecha a la mar el 11 de octubre de 1962, sesenta años después no ha concluido ese viaje, por lo que en el presente estamos llamados a redescubrir el significado del Concilio y testimoniar juntos una Iglesia que no confía en sí misma y que no persigue el poder mundano ni el protagonismo mediático, sino que permanece humildemente detrás de su Señor, confiando sólo en Él.

Abiertos a los signos de los tiempos, sin soslayar las herramientas sólidas que surgen de los documentos del Concilio Vaticano II y que se concretan en nuestros días en el Magisterio del Papa Francisco.