Foto: Estamos llamados a edificar una Iglesia de la escucha, con la conciencia de que escuchar es más que oír.
Por: Izcalli / Diócesis de Izcalli
Una palabra en boga dentro de los diversos procesos eclesiales es sinodalidad, para referirse a la oportunidad que todos los miembros del cuerpo místico de nuestro Señor Jesucristo tenemos para caminar juntos, incluso, para hacer camino juntos.
En 2018, la Comisión Teológica Internacional (CTI) reflexionó al respecto, particularmente entendiendo que la sinodalidad es el contenido programático propuesto por el Papa Francisco, quien la considera como la dimensión constitutiva de la Iglesia.
Para la CTI actuar en sinodalidad implica el camino que recorren juntos los miembros del Pueblo de Dios y al Señor Jesús que se presenta a sí mismo como «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6).
Así, en el sexagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, son relevantes las palabras que se preconizan en el primer numeral de Gaudium et Spes, conforme al cual la Iglesia está inserta en el mundo, camina con el mundo y participa de sus gozos y esperanzas.
Por lo tanto, sinodalidad es tanto como caminar juntos bajo la guía de quien preside en el Señor y un modo de actuar que implica a todo el Pueblo de Dios y se abre a todos los hombres de bien.
Más aún, en Evangelii Gaudium (24 de noviembre de 2013) el Papa Francisco manifiesta que el caminar juntos implica para la Iglesia el deseo de estimular procesos participativos siguiendo el ideal de las primeras comunidades, donde los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma (Hc 4, 32).
El objetivo de estos procesos participativos no será principalmente la organización eclesial, sino el sueño misionero de llegar a todos.
Se trata de promover una verdadera sinodalidad entre pastores y entre estos y los fieles, directamente orientada a la evangelización del mundo, que es la razón de ser de la Iglesia y de toda su organización.
Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de instrucción de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fIel sea sólo receptivo de sus acciones.
Una Iglesia de la escucha, con la conciencia de que escuchar es más que oír. Es una escucha recíproca en la cual cada uno tiene que aprender. La sinodalidad es un proceso de escucha, diálogo e intercambio. Se realiza en las Iglesias particulares y de manera ascendente hacia la Iglesia Universal: uno escucha de los otros y todos escuchan al Espíritu Santo.
En este sentido, hablamos de que estamos llamados a edificar una Iglesia de la escucha, con la conciencia de que escuchar es más que oír.