Foto: Nos reunimos en torno a Nuestra Madre Santísima para ponernos en sus manos y dar gracias a Dios por todos los dones recibidos.
Por: Valle de Chalco / Diócesis de Valle de Chalco
“Nos encontramos a casi nueve años de la inauguración de nuestro Plan Diocesano de Pastoral PDP y, en sinodalidad con todas las Diócesis de México, seguimos el Proyecto Global de Pastoral PGP para construir la CASITA SAGRADA que tú, nuestra amada Madre, nos encargaste por medio de tu enviado Juan Diego” – S.E.R. Mons. Víctor René Rodríguez Gómez
Bajo el lema “Con María de Guadalupe, todo es fe y alegría”, la mañana del jueves 7 de julio, encabezados por nuestro Obispo, Mons. Víctor René Rodríguez Gómez, sacerdotes, religiosos y laicos nos reunimos en torno a Nuestra Madre Santísima para ponernos en sus manos y dar gracias a Dios por todos los dones recibidos.
Previamente, en preparación para la XIX Peregrinación Diocesana a la Basílica de Guadalupe, se rezó la Novena a la Morenita del Tepeyac, recorriendo las parroquias de los nueve Decanatos de las tres Vicarías Episcopales que conforman el territorio de la Diócesis de Valle de Chalco.
Las Comunidades Parroquiales de San Juan Diego, Valle de Chalco; Santiago Apóstol, Chalco y Nuestra Señora de la Asunción, Zona Volcanes, vivieron este momento con mucha devoción, manifestando actitudes de cercanía y generosidad.
El acontecimiento culminante sucedió el 7 de julio, desde muy temprano los peregrinos se congregaron en el atrio de la Basílica para rezar el Santo Rosario, pidiendo a Santa María de Guadalupe que interceda por todas las necesidades que agobian a sus hijos que habitan en esta porción del pueblo de Dios.
En la Celebración Eucarística, presidida por Don Víctor René Rodríguez Gómez y concelebrada por los presbíteros de la Diócesis, rogamos a Nuestro Señor Jesucristo y a la Reina del cielo, por nuestros hermanos que sufren extorsiones, feminicidios y abuso de menores y por quienes no tienen los recursos para alimentar, curar o proteger a su familia.
Que la Virgen de Guadalupe nos proteja y guíe para aprender a caminar juntos, promoviendo la solidaridad y la generosidad, trabajando en sinodalidad a favor del bien común y construyendo día a día la paz.